Los cuatro conciertos para violín que conforman Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi son un hito en la historia de la música. Los teóricos de la época de Vivaldi dudaban que el maestro italiano pudiera escribir una música que exprimiese el sentido de una narración, y los críticos de hoy en día siguen debatiendo sobre si la música sin palabras puede contar una historia.
Estos concertos, unos de los más famosos de todas las épocas, estaban originalmente acompañados no sólo por un conjunto de poemas, probablemente escritos por el propio Vivaldi para crear un contexto literario que apoyase a su música, sino también por instrucciones para los músicos, quienes debían adoptar caracteres específicos durante la interpretación para insuflar vida y expresión a sus composiciones.
Vivaldi habría escrito Las Cuatro Estaciones, publicadas en Ámsterdam en 1725, en la misma época en la que Viena era testigo de la construcción de la Karlskirche, iglesia que acoge esta serie tan especial de conciertos. Dedicada a San Carlos Borromeo, destacada figura de la Contrarreforma, esta iglesia es un ejemplo impresionante del esplendor ornamental de la arquitectura barroca.
Las Cuatro Estaciones son una de las obras más grabadas de la historia de la música; sin embargo, pocas personas han tenido la oportunidad de escuchar los conciertos tal y como se interpretaban en la época de Vivaldi. Esta es la experiencia que les proponen Orchestra 1756 y los solistas de la Salzburger Konzertgesellschaft en su interpretación de la revolución, en cuanto a forma y sentido musical, de Vivaldi. Con la finalidad de recrear el sonido del siglo XVIII, la orquesta interpreta sus conciertos exclusivamente con instrumentos de época.
Alternando cada una de las Cuatro Estaciones con algunas de las más bellas arias para alto de Vivaldi, estos conciertos les harán viajar tres siglos hacia el pasado, a una época que todavía hoy tiene el poder de comunicarse con nosotros.