En 1239, tras la muerte de su padre Alberto IV de Habsburgo, heredó los territorios patrimoniales de su familia; algo que se vería incrementado y afianzado gracias a su matrimonio con Gertrudis de Holanda en 1245 y a la herencia recibida de los condes de Kyburg, así como al pago por los servicios prestados a Federico II y Conrado IV.
En 1273 fue nombrado rey de Alemania y de los romanos (no emperador), poniendo fin así al periodo del Gran Interregno, marcado por las disputas entre el Papado y el Imperio (1256 - 1273).
Su política se caracterizó por querer asentar el poder del trono de Alemania, considerándosele por ello como un iniciador del Estado-Nación alemán. En 1278, en la batalla de Marchfeld, Rodolfo I derrotó al rey de Bohemia Otakar II, de la casa de los Premislidas, anexionándose los territorios austriacos que formaban parte de la Gran Bohemia (Austria, Estiria y Carniola) y sobre los que Otakar II había gobernado desde el fin de los Babenberg (1248). De esta manera, Rodolfo I conformaba un poderoso Estado centroeuropeo, la Gran Austria, convirtiéndose en duque de Austria (1278-1291).
Durante su mandato mantuvo una política respetuosa con el papado, estabilizó y saneó la situación interna del Reino, y sentó las bases del poder territorial de los Habsburgo en Europa Central.
Rodolfo I
(Limburgo, 1218 – Espira, 1291). Fue conde de Habsburgo y rey de Alemania, y el primer Habsburgo que gobernó Austria.