Su habilidad para narrar perfectas historias de cine es legendaria y esto ha hecho que su nombre quede escrito en los anales de la historia del cine. En cierta ocasión se le preguntó sobre su método de trabajo, a lo que él dio una simple respuesta: “Bueno, nunca filmo nada que no quiera”. Determinación e independencia caracterizan su trabajo y explican el continuo éxito de sus películas, entre las que podemos citar 2001: A Space Odyssey (2001: Una odisea del espacio), A Clockwork Orange (La naranja mecánica) y Eyes Wide Shut.
La exposición Eyes Wide Open. Stanley Kubrick como fotógrafo presenta un capítulo de su carrera poco conocido hasta ahora: entre 1945 y 1950, la revista americana Look publicó una serie de fotorreportajes dando a Kubrick la oportunidad de desarrollar una técnica narrativa completamente autónoma y de manejar parámetros como la composición, la atmósfera y la sincronización. Como posteriormente en sus películas, Kubrick tiende a retratar destinos humanos fuera de lo común y a menudo solitarios: acompaña al boxeador Rocky Graziano a una pelea, observa los niños limpiabotas en las calles de Nueva York y visita a Betsy von Fürstenberg, una joven aspirante a actriz de las avenidas de la “alta sociedad”.
Con esta muestra, el Bank Austria Kunstforum de Viena presenta, por vez primera en Austria, la fotografía temprana de Kubrick, la cual está considerada como la célula germina de su estética cinematográfica posterior.
Comisario de la exposición: Lisa Ortner-Kreil