Después hubo un periodo de luchas protagonizadas por los diferentes pueblos germanos hasta que, en el siglo VIII, llega Carlomagno, quien daría a la ciudad el nombre de Wenia, que después se transformaría en Wien (actual nombre de la ciudad), y con quien se convertiría en la ciudad más importante de la Marca Oriental (Ostmark, de donde proviene el actual nombre de Austria, en alemán Österreich), y en un centro importante en la ruta comercial que unía Italia, Alemania y Polonia.
En el año 976 la dinastía Babenberg llega al poder y escoge Viena como ciudad residencial; es un momento de esplendor para la ciudad, durante el cual se construyen algunos de los importantes edificios del actual centro de la capital austriaca, si bien en esta época Viena también sufre los continuos ataques de los húngaros, lo que hace que en 1137 la ciudad sea fortificada.
Pero sería la dinastía de los Habsburgo quien aumentaría el esplendor de Viena a lo largo de los casi 650 años en los que se mantuvo en el poder, desde 1273, con el emperador Rodolfo I, hasta 1918, con el emperador Carlos I de Austria-Hungría (quien sucedió a Francisco José a la muerte de éste en 1916), con quien se pondría fin al mandato de la dinastía de los Habsburgo.
En un primer momento no muy queridos, los Habsburgo ganaron popularidad gracias a la construcción de numerosos edificios, a la fundación de la Universidad (en 1365, por Rodolfo IV) y a la expansión territorial (con la anexión de la Borgoña, los Países Bajos y la unión con España a través de Carlos V) entre otros hechos.
El siglo XVI se vio marcado por dos problemas importantes: el ataque turco en 1529 y las luchas religiosas entre católicos y protestantes. En el siglo XVII Viena es azotada por una terrible epidemia de peste, seguida del segundo ataque turco en 1683, tras el cual éstos son expulsados definitivamente del país.
A partir de entonces llega otra época de esplendor, primero con Leopoldo I y después con Carlos VI, al cual sucedería su hija María Teresa. Es la época en la que se construyen importantes edificios barrocos, y en la que se protege y se financia a los compositores hasta convertir a Viena en la capital europea de la música clásica (s.XVIII).
Lamentablemente esta etapa dorada se ve interrumpida a principios del siglo siguiente, cuando Viena sucumbe ante las tropas napoleónicas. Posteriormente, en 1813 y tras la derrota total de Napoleón, Viena sería la sede donde se celebraría el Congreso de Viena para restablecer las fronteras de Europa.
En 1848, año en que estalla el movimiento revolucionario, Francisco José (que en 1854 contraería matrimonio con Elisabeth de Baviera, “Sisí”) sube al poder, a sus tan sólo 18 años de edad. Al mismo tiempo que lucha con dureza para aplacar los movimientos revolucionarios, consigue que Viena viva una nueva etapa de esplendor; es el momento de los valses de Strauss, de las investigaciones de Freud, de la canalización del Danubio, del trazado de la amplia avenida Ringstraβe (reemplazando a las antiguas murallas) y de la construcción de los emblemáticos edificios sobre ella, y del Imperio Austro-húngaro.
En 1914, tras el asesinato en Sarajevo del archiduque heredero al trono Francisco Fernando, estalla la I Guerra Mundial. En 1916 fallece Francisco José y en 1918 se proclama la República de Austria.
En 1938 Hitler invade Austria y poco después estalla la II Guerra Mundial, durante la cual los judíos austriacos fueron exterminados y gran parte de los monumentos de Viena se vieron afectados por los durísimos bombardeos que azotaron la ciudad.
En 1945, al finalizar la II Guerra Mundial, Austria y Viena fueron divididas en cuatro sectores de ocupación por las potencias aliadas (Unión Soviética, Estados Unidos, Francia y Reino Unido). En 1955 los austriacos consiguen la independencia tras ratificar la neutralidad permanente.
A partir de entonces, Austria pasa a formar parte de las Naciones Unidas y a ser sede de organismos internacionales como la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) y la ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) entre otros, convirtiendo a Viena en la tercera capital de la ONU, después de Nueva York y Ginebra.
Desde 1995 forma parte de la Unión Europea y de los países que forman el Espacio de Schengen.
El 1 de enero del 2002 el chelín austriaco dejó paso a la nueva moneda oficial: el Euro.
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Historia
Aunque se sabe que en la región que hoy en día ocupa Viena ya hubo una población sedentaria en la época del neolítico, fue del siglo VIII al IV a.C., con los ilirios y los celtas, cuando cobró importancia gracias al comercio con el resto de Europa.
Pero fue en el año 100 a.C. cuando los romanos instalaron cerca del Danubio su campamento militar, fundando así la ciudad de Vindobona y permaneciendo en ella hasta el siglo V d.C.