Basado en una comedia clásica de William Shakespeare, el singspiel de Otto Nicolai Las alegres comadres de Windsor (Die lustigen Weiber von Windsor, según su título original en alemán) hace gala de los buenos viejos tiempos. Con un libreto de Salomon Hermann Mosenthal que sigue de cerca las ideas del Bardo y una partitura llena de emocionantes melodías y apasionados recitativos, la versión operística de Las alegres comadres de Windsor de Nicolai ha estado constantemente presente en el repertorio desde su estreno en la Königliches Opernhaus de Berlín el 9 de marzo de 1849. Aunque no fue un éxito inmediato, esta ópera inspiró posteriores reposiciones regulares en las décadas siguientes y continúa provocando risas y haciendo brillar los ojos de los espectadores de todo el mundo. Esta temporada, la Ópera Popular de Viena lleva a su escenario una producción de la obra maestra en lengua alemana de Otto Nicolai.
Como sugiere su título, Las alegres comadres de Windsor se centra en la vida, las carcajadas y las pequeñas intrigas de varias mujeres afincadas en la campiña inglesa. Frau Fluth y Frau Reich reciben cada una de ellas una carta de amor de Falstaff, un noble que atraviesa un mal momento económico. Las dos mujeres inmediatamente traman un plan para escarmentar a este pretendiente que juega a dos bandas y le invitan a una serie de citas preconcebidas, asegurándose de que serán desastrosas. Mientras tanto, Anna, la hija de Frau Reich, está en edad de casarse y tres caballeros diferentes rivalizan por conquistar su corazón. Los padres de Anna, Herr y Frau Reich, tienen cada uno un posible yerno favorito de buen estatus y buena fortuna, pero la principal interesada está enamorada del modesto joven Fenton, quien seguramente no gustará ni a su padre ni a su madre. El jolgorio llega a su punto álgido en un baile de máscaras en el que nada es lo que parece y la realidad se escapa.
Aunque gran parte de su atractivo se debe al texto original de Shakespeare, Las alegres comadres de Windsor es una obra intemporal gracias, en igual medida, a la partitura de Otto Nicolai. Los números musicales, divertidos y contagiosos, se entremezclan con pasajes hablados susurrados y apasionados. Además, los elementos cómicos, románticos y fantásticos son ingeniosamente representados de manera musical. El público de la Volksoper de Viena podrá experimentar la auténtica atmósfera del Windsor del Bardo y de sus alegres comadres.