Reformador del género operístico, sus aportaciones a la ópera barroca le harían pasar a la historia; un siglo más tarde, Richard Wagner seguiría sus pautas. Triunfó primero en Italia (1741-1745), viajando después a Londres y Dresden para instalarse posteriormente en Viena, donde fue nombrado director del Teatro de la Corte de Viena. Al inicio de su carrera continuó la tradición italiana, como se refleja en Artajerjes (1741, su primera ópera), Il Tigrane (1743), La clemencia de Tito (1752) y La Cinesi (1754). Después conoce la ópera francesa, la tragédie-lyrique, de cuya influencia saldrían obras como Orfeo y Eurídice (1762) y Alceste (1767), donde Gluck intenta devolver a la ópera el espíritu de la tragedia griega. En total Gluck compuso 107 obras enmarcadas dentro del movimiento romántico.
En sus creaciones concede especial importancia a los coros, además de transmitir las emociones y el estado psicológico de sus personajes. Para reforzar la expresión de los sentimientos, subordinó la música a la poesía y la despojó de adornos superfluos.
Tras sufrir una apoplejía y quedar paralítico de un brazo, su alumno Salieri le ayudó a escribir sus óperas.
Christoph Willibald von Gluck
(Erasbach, Alemania, 1714 – Viena, 1787). Compositor alemán cultivador de varios géneros, Gluck se decantó por la ópera.