Estudió teoría musical y se inició en el arte de la composición y la instrumentación. A esta época pertenece su Sinfonía en re y su Marcha solemne. Fue director de orquesta de numerosas instituciones, al mismo tiempo que incrementaba su producción musical con obras como su poema sinfónico Don Juan (1889) y Aus Italien, o su ópera Guntram.
En 1898 fue nombrado director de la Ópera de Berlín, después director de la capilla de la Corte de Berlín y, entre 1914 y 1924, director de la Ópera de Viena.
En su producción musical, Richard Strauss cuenta con poemas sinfónicos (destacando Así habló Zarathustra, Don Quijote o Una vida de héroe), con un gran número de lieder (como Cuatro últimas canciones), música orquestal (donde destaca su trabajo para 24 instrumentos de cuerda, Metamorphosen, sobre la marcha fúnebre de la Tercera Sinfonía de Beethoven) y ópera, a la composición de la cual se dedicó Strauss desde finales del s.XIX. No tuvo éxito con sus dos primeros intentos (Guntram, en 1894 y Feuersnot, en 1901) pero sí lo consiguió en 1905 con su ópera basada en el drama de Oscar Wilde, Salomé. En su siguiente ópera, Elektra (1909), el límite de disonancia ya presente en Salomé llegó un poco más allá. Posteriormente Strauss moderó su lenguaje armónico, como se refleja en sus siguientes obras, excelentemente aceptadas por el público, como la "mozartiana" El caballero de la rosa (1910). Strauss produjo regularmente óperas hasta 1940, entre las que destacan Ariadna en Naxos (1912), Elena de Egipto (1927), Arabella (1932), Daphne (1938) y Capriccio (1942) entre otras.
Richard Strauss
(Munich, 1864 - Garmisch-Partenkirchen, 1949), compositor y director, hijo del músico Franz Strauss, fue un niño prodigio que empezó a tocar el violín a los 6 años.